Una profecía bíblica que se ha cumplido en nuestros días es la restauración de Israel como nación. En la Biblia, encontramos numerosas profecías que hablan de que Dios reuniría nuevamente a su pueblo disperso por las naciones y los traería de vuelta a la tierra prometida.
Uno de los pasajes proféticos más conocidos sobre este tema se encuentra en Ezequiel 37:21-22, donde Dios promete reunir a las dos tribus de Israel, Judá y Efraín, y establecerlos como una sola nación en su tierra: "Y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra. Y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos."
Este proceso comenzó a cumplirse a partir del siglo XX, cuando se llevó a cabo el retorno de miles de judíos a la tierra de Israel, lo que culminó en la declaración de independencia del Estado de Israel en 1948. Desde entonces, Israel ha florecido como una nación próspera y ha experimentado un notable desarrollo en diversas áreas, como la tecnología, la agricultura y la cultura.
El cumplimiento de esta profecía es un testimonio impactante de la fidelidad de Dios y nos muestra que su Palabra se cumple de manera precisa en el transcurso de la historia. Es un recordatorio de que las promesas de Dios son confiables y que podemos confiar en su guía y dirección en nuestras vidas.