Querido Padre Celestial, aquí, a salvo contigo, vengo a tu paz. Esa paz que solo tu puedes proporcionar.
Ayúdame a examinar las muchas experiencias, sentimientos y pensamientos que he encontrado hoy. Me permito descansar, relajarme y estar quieto. Ayúdame a entregarte todo lo que soy, mi fatiga, mis preocupaciones, mis esperanzas y mis miedos. Mientras duermo esta noche, elijo tomar tu mano. Elijo vivir contigo.
Elijo creer, elijo confiar, te elijo a ti siempre. Señor Jesús, por favor limpia mis pensamientos y preocupación. Sé que la preocupación no es tu voluntad para mí.
Por favor, satisfaga todas mis necesidades como lo promete en su palabra. Te entrego todos mis miedos, preocupaciones y problemas, como me has dicho que haga. Trae paz y consuelo a mi corazón y ayúdame a descansar en ti y tener paz. Perdóname por los pecados que he cometido hoy y llena mi corazón con tu amor.
En el nombre de Jesús. Amen
Es hora de que te relajes, dejes atrás todas las prisas, cierra tus ojos y respira, déjate llevar por el descanso que te mereces, disfruta de la suavidad de tu cama, agradece todo lo que Dios te ha dado y ten los más hermosos sueños a la par de un relajante descanso.