Padre eterno, el día ha llegado a su fin y yo honro y glorifico tu nombre.

Gracias por llevarme a través de este día y protegerme. Ahora te pido tu gracia y protección durante toda la noche.

Perdóname por mis pecados, cosas que no debería haber hecho o dicho, y también cosas que debería haber hecho pero no hice.

Ayúdame a estar a la altura de tu santidad. Ayúdame a perdonar y a no permitir que los desaires de los demás perturben mi sueño. Dios poderoso, nunca duermes. Mi necesidad de descansar y dormir me recuerda mi naturaleza limitada, pero tú no tienes límites. Confío en ti mientras duermo porque nunca dejas de velar por mí y por mis seres queridos.

Mientras nos acostamos, continúas protegiéndonos y sosteniéndonos. Eres fiel en cumplir todas tus promesas y eres el mismo ayer, hoy y siempre.

Gracias por darme la fuerza y ​​la energía, así como el enfoque y la capacidad para luchar en mi vida diaria. Gracias por bendecirme y por cuidarme durante todo el día. Y ahora, les agradezco por el dulce descanso de toda la noche. En el nombre de Jesús, Amén.



Como siempre, estoy aquí, deseándote los más hermosos sueños. Te deseo una feliz y tranquila noche, que recargues tus energías y te puedas relajar de todo el ajetreo y el bullicio del día. Mañana será un nuevo día y tendrás más energía para seguir trabajando hacia tus metas.¡Lo hiciste muy bien!

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