Las maravillas del Exodo

114 Cuando salió Israel de Egipto,
    La casa de Jacob del pueblo extranjero,

Judá vino a ser su santuario,
E Israel su señorío

El mar lo vio, y huyó;
El Jordán se volvió atrás.

Los montes saltaron como carneros,
Los collados como corderitos.

¿Qué tuviste, oh mar, que huiste?
¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?

Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros,
Y vosotros, collados, como corderitos?

A la presencia de Jehová tiembla la tierra,
A la presencia del Dios de Jacob,

El cual cambió la peña en estanque de aguas,
Y en fuente de aguas la roca.

 



El salmo de hoy es un poema escrito por un israelita que recuerda las maravillas que Dios realizó en el momento del Éxodo. El salmista usa un lenguaje poético para describir las reacciones del mar, las montañas y las colinas a la presencia de Dios. ¿Te imaginas una montaña saltando, el mar huyendo o la tierra temblando? Al mismo tiempo, el salmista celebra al Dios que convirtió la roca en agua; recordando el tiempo cuando el pueblo de Israel vagaba por el desierto y Dios proveía agua de una roca. Hoy, te animo a pensar en las cosas grandes y maravillosas que Dios ha hecho en tu vida. Puede que no pienses que Dios hizo que una montaña saltara, pero ¿qué dirías y por qué darías gracias? Necesitamos recuerdos como este, porque de vez en cuando todos enfrentaremos un día (o dos) en los que nos preguntamos si Dios está con nosotros y cuestionamos el amor de Dios por nosotros.




El salmista mira hacia atrás en la historia y no solo recuerda los actos de fidelidad de Dios a Israel, sino que los conmemora con palabras para que otros, presentes y futuros, puedan recordar.Poderoso Señor,

Israel escapó de Egipto por tu mano, los llevaste a una nueva vida. les diste los recursos mas abundantes espirituales y materiales, aquel mar rojo que parecía tan grande e inamovible se quedo pequeño ante tu gloriosa majestad....

Tu hiciste brotar agua de la roca.
Diste a tu pueblo mana del cielo.
Los cubriste con una nube para que no sufriera daño alguno.
Guiaste a tu pueblo 40 años hasta la tierra prometida.

Hoy Te busco en este momento cuando me siento agotado, sediento, cansado de caminar el desierto de mi vida solo. Señor, busco tu renovación. Sabes, a veces los obstáculos en mi vida parecen ser igual de grandes al mar rojo.

A veces me dejo llevar por la desesperación y lloro en mi debilidad. Te la entrego Padre, aumenta mi fe, seca mis lágrimas y ayúdame a estar firme en ti Señor. Pues tú eres poderoso, y cuando las cosas no salgan como quiero, que pueda ver más claramente tu camino. 

Fortalece mi corazón y mi espíritu, para que cuando te abras camino en medio de la sequedad del desierto de mi vida, yo pueda tener la fuerza para cruzar el mar, dejando atrás todo lo aquello que me separa de ti. Por que donde hoy solo veo la sequedad producida por mi tristeza, tu mano poderosa está alimentando un manantial de agua viva y fresca. Hoy, esta oración es mi ofrecimiento para ti, Señor. 

Recíbela, en el nombre de Jesús, amen.




 Si estás en el desierto, sigue caminando. No te rindas. Si estás en el valle continua,  No por triste desesperanza y resignación, sino con una conciencia renovada y gozosa de que el Dios de Jacob, el Dios que se ha revelado en Jesús, el primogénito de toda la creación, te ha liberado de la esclavitud y está obrando en ti. Caminando contigo, trabajando en ti. Maravíllate con eso. 

Paz a vosotros

Con amor en Cristo tu consejero espiritual.




 

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