Excelencias de la ley de Dios

Dálet

25 Abatida hasta el polvo está mi alma;
    Vivifícame según tu palabra.

26 Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus estatutos.

27 Hazme entender el camino de tus mandamientos,
Para que medite en tus maravillas.

28 Se deshace mi alma de ansiedad;
Susténtame según tu palabra.

29 Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.

30 Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.

31 Me he apegado a tus testimonios;
Oh Jehová, no me avergüences.

32 Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón.




ORACION

Señor, vengo a ti, a tu Palabra, todavía aferrado al polvo, a mi humanidad, a mi debilidad. Mi pecado está frente a mí y quiero ser puro de corazón. Dios, necesito tu Palabra. Necesito tu Palabra para cambiar mi vida, para cambiar mis pensamientos, la forma en que veo la vida, todo ello al revés. Oh SEÑOR, dame vida según tu Palabra. Pon tus ojos en mí y dame vida mientras leo la Palabra, mientras la memorizo ​​y la medito. Dame vida mientras considero una a una tus palabras.

Responde mi oración, Señor. Enséñame, por favor, enséñame tus estatutos, ayúdame a vivir de acuerdo con ellos, a atesorarlos, a hacerlos míos. Poder ver todo a través del lente de Tu Palabra.

Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas. Esa es la única forma en que mi alma encontrará descanso cuando llegue el dolor. Señor, fortaléceme según tu Palabra. Fortalece mi ser interior, para que pueda luchar eficazmente con la Espada en mi mano y en mi boca, contra mi carne, contra los asaltos del enemigo, contra este mundo y todos los placeres que me ofrece.

Ten misericordia de mí, SEÑOR, y aparta de mí los caminos falsos, y enséñame tu ley con misericordia. Dame gracia para aprender a obedecer y librarme del mal. Oh Padre, he elegido el camino de la fidelidad; Quiero establecer tus reglas, Tu Palabra delante de mí. No quiero irme. Quiero permanecer en ti, en tu Palabra. Ayúdeme, señor.

Señor, me aferro ahora a tus testimonios, no sea yo avergonzado. Ayúdame a vivir lo que memorizo, ayúdame a ser un hacedor y no otro mas que desobedece.

Padre, ayudame y correré por el camino de tus mandamientos.

En el nombre de Jesucristo, el Verbo hecho carne,

amén




 

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