⁴¹ Venga a mí tu misericordia, oh Jehová;
    Tu salvación, conforme a tu dicho.

⁴² Y daré por respuesta a mi avergonzador,
Que en tu palabra he confiado.

⁴³ No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad,
Porque en tus juicios espero.

⁴⁴ Guardaré tu ley siempre,
Para siempre y eternamente.

⁴⁵ Y andaré en libertad,
Porque busqué tus mandamientos.

⁴⁶ Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,
Y no me avergonzaré;

⁴⁷ Y me regocijaré en tus mandamientos,
Los cuales he amado.

⁴⁸ Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé,
Y meditaré en tus estatutos.

Estamos en la 6ta entrega de este proyecto con del Salmo 119. Para recapitular para los nuevos lectores, el Salmo 119 se escribió originalmente como un poema acróstico con cada parte comenzando con las letras sucesivas del alfabeto hebreo. (vea mis publicaciones anteriores para esas partes).

Esta es una oración de esperanza, esperanza en Dios y en el poder de Su Palabra que cambia vidas. ¿Te aferras a la esperanza del salmista? ¿Su esperanza también es tuya? 

 "Esperanza en el Dios que sopló por primera vez el aliento de vida; que al final te llene con Su aliento, Su mente, Su Espíritu, para que pienses sólo en El, y vivas tu vida, encontrando paz, esperanza y seguridad.

Te reconocemos, oh Dios, como creador y como libertador.
Tú eres el que sacó a los cautivos de Egipto,
y los libró de la opresión de la esclavitud.
Diste leyes que dieron forma a la actitud en que las personas se relacionarían contigo,
entre sí y con todo el entorno.
Le iordenaste a la gente que se adorara solo a usted,
Que cualquier cosa que se pusiera en su lugar
se convertiría en objeto de idolatría.

En este tiempo de adoración, ayúdanos a enfocarnos en ti, oh Dios,
como la prioridad de nuestras vidas.
Recuérdanos tu gran amor
revelado tan claramente en el nuevo mandamiento del amor
que Jesús reveló con su vida y con su muerte.
Háblanos de nuevo mientras ofrecemos esta oración y nuestra adoración
en el nombre de Jesús y por su causa.

Amén.