⁵⁷ Mi porción es Jehová;
    He dicho que guardaré tus palabras.

⁵⁸ Tu presencia supliqué de todo corazón;
Ten misericordia de mí según tu palabra.

⁵⁹ Consideré mis caminos,
Y volví mis pies a tus testimonios.

⁶⁰ Me apresuré y no me retardé
En guardar tus mandamientos.

⁶¹ Compañías de impíos me han rodeado,
Mas no me he olvidado de tu ley.

⁶² A medianoche me levanto para alabarte
Por tus justos juicios.

⁶³ Compañero soy yo de todos los que te temen
Y guardan tus mandamientos.

⁶⁴ De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra;
Enséñame tus estatutos.

 La octava letra del alfabeto hebreo es "Chet". Estos ocho versículos del Salmo 119 ( versículos 57-64 ) comienzan cada uno con esta letra. ¿Qué podemos aprender acerca de la Palabra de Dios en estos versículos, dado que entendemos el significado de la letra?

'Chet'

puede significar separar, proteger o cortar.

La letra hebrea parece una valla.

El versículo 57 comienza con la palabra "Chelqi", que significa "mi porción". Esta palabra, 'porción' es una palabra interesante del Antiguo Testamento. Su primera aparición en la Biblia está en Génesis 14:24.. En este capítulo, Abraham va a la guerra para recuperar a Lot, su familia y sus posesiones. Después de regresar de la batalla, da diezmos al Señor por medio de Melquisedec. Después de eso, Abraham le dice al rey de Sodoma que no tomará botín para sí mismo; sólo permita que sus tres amigos (que lo ayudaron en la batalla) tomen su parte. En el siguiente versículo (15: 1) Dios habla diciendo: "Yo soy tu porción y tu gran recompensa". En este episodio, Abraham nos muestra un buen ejemplo de cómo deben pensar los creyentes con respecto a las posesiones terrenales. Se niega a quedarse con el botín de guerra; amablemente permite que el Rey de Sodoma recupere todo lo que le pertenece. Dios muestra su aprobación y declara la verdad cuando dice: "Yo soy tu porción y tu gran recompensa". 

En este salmo, tenemos un pensamiento similar: "Tú eres mi porción". La letra Chet nos ayuda a ver que esta palabra se refiere a algo que ha sido distribuido o separado para un propósito o persona en particular. Si tenemos al Señor, tenemos todo lo que necesitamos. El Señor nos recompensará, como recompensó a Abram cuando nuestras acciones revelen los deseos de nuestro corazón.

En conclusión

El Señor Jesús es nuestra porción. Él es nuestra gran recompensa. Lo más grande del cielo no es la calle del oro, no es la vida eterna, no es comida gratis o buena música o hermosas casas; es el Señor mismo, quien derramó su propia sangre por nuestras almas.

Oremos:

Dios, te alabamos porque en estos momentos, honestamente podemos presentarnos ante ti con nuestros problemas ante ti, que nos ves. Y cuando nuestro espíritu se desmayare, usted conoce nuestro camino, conoce la salida, conoce el camino. Dios, por eso oro basado en esa realidad para que me des fuerza hoy donde necesite fuerza. Que darías esperanza hoy donde hay desesperación. Dios, que des paz, donde hay angustia. Que darías alegría incluso en medio de la tristeza. 

Oro para que seas eso hoy para las personas que están escuchando esto en este momento, usted conoce su camino, escucha sus clamores, conoce sus problemas, resuélvelos. Oh Dios. Dales fuerza, paz, alegría, esperanza, todo lo que necesitan hoy, mañana. Dios, te alabamos. Oh Dios, tú eres nuestro refugio. Nuestra porción en la tierra de los vivientes, tú eres nuestro libertador. Tú eres quien nos saca para que podamos dar gracias a tu nombre. Dios, amamos tu palabra y oramos de acuerdo con ella. En el nombre de Jesus. Amén.