¡Es apropiado que el mayor tributo a la Palabra de Dios esté EN la Palabra de Dios, en sí misma, y ​​esté en el capítulo más largo de la Biblia! Este Salmo no tiene el nombre del autor, incidente histórico u otra distracción de su tema está dividido en 22 secciones (una por cada letra en el alfabeto hebreo).

Para saborear la profundidad y riqueza de la enseñanza en este Salmo, hoy examinaremos cada porción como si fuera su propio capítulo.

Con la sección No. 11 Titulada Lámed:

(Para entender el mensaje de hoy es importante revisar mis anteriores publicaciones)

89 Para siempre, oh Jehová,
    Permanece tu palabra en los cielos.

90 De generación en generación es tu fidelidad;
Tú afirmaste la tierra, y subsiste.

91 Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,
Pues todas ellas te sirven.

92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia,
Ya en mi aflicción hubiera perecido.

93 Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
Porque con ellos me has vivificado.

94 Tuyo soy yo, sálvame,
Porque he buscado tus mandamientos.

95 Los impíos me han aguardado para destruirme;
Mas yo consideraré tus testimonios.

96 A toda perfección he visto fin;
Amplio sobremanera es tu mandamiento.




 Salmos 119: 96  A toda perfección he visto fin; Amplio sobremanera es tu mandamiento..

    Una cosa que podemos decir honestamente sobre el mundo físico que nos rodea, es que no importa cuán duradero sea, algún día perecerá.

En 1884, un francés construyó un automóvil a vapor llamado La Marquise. Un gran invento que ayudaria hoy a preservar el medio ambiente. Pero la triste verdad es que ha sido reformado, reemplazado por partes, No duró para siempre. La miel puede durar siglos. Pero no importa cuánto tiempo dure, algún día se secará o dejará de ser apto para el consumo. Nada dura para siempre.

    Los mejores inventos del hombre siguen estando limitados por la física y el tiempo por ser de naturaleza finita. David escribió en el Salmo 39:

Psalms 39: 5   He aquí, has hecho mis días como la anchura de una mano; y mi edad es como nada ante ti: en verdad, todo hombre en su mejor estado es completamente vanidad. 

     Nada dura para siempre.

Pero sabes, hay algo que si dura, la Palabra de Dios está establecida para siempre. Dios lo ha preservado y siempre tendremos su verdad a la cual podemos acudir.

    La Biblia expresa una visión total y completamente adecuada sobre todos los asuntos de la vida. Es el corazón de Dios.




 Amigo, tienes que volver atrás y leer todo el Salmo, las 22 secciones. Pero primero quiero cerrar compartiendo algo sobre Jesús. 

Cuando Juan comenzó a referirse a Cristo como "El Verbo".
Juan 1: 14- "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, (y vimos su gloria, la gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad".
        ¡Habla de un anuncio importante! ¡Qué testimonio! Voy a apelar a Cristo ahora mismo para que me fortalezca (y a usted), amados. Señor, haznos más como Tú, más en sintonía con Tu Palabra. Amén.




Oremos:

Dios. Abba. Padre.

No hay nada de mayor importancia que tu palabra. Es el bastón del pastor y tu voz combinados. Con tu palabra, lideras. Por tu palabra, creaste. Por tu palabra, tenemos vida. Tu palabra dura para siempre. Es nuestra base firme. Tus verdades son siempre relevantes, siempre confiables, siempre fieles.

Encontramos un gran consuelo en tu palabra. Es nuestra esperanza y nuestra paz. Es nuestro deleite y nuestra salvación. 

Día tras día, noche tras noche, reflexionamos sobre las historias a través de tu palabra en esta comunidad de fe del Consejero Espiritual. Y no son solo historias, sino sabiduría y significado para la vida. Cuando nuestros enemigos (espirituales) "Tentaciones y conductas" nos buscan, podemos responder con firmeza y ​​confianza a través de tu palabra.

Tú creaste al hombre y a la mujer y todas las cosas en la tierra. Cada uno tiene sus límites. Sin embargo, tu palabra no conoce límites. Cuando hablas, somos sanados. ¡Cuando hablas, encontramos vida, vida y más vida!

Gracias por tu gracia. Gracias por tu palabra. Es nuestra vida.

A través de Jesús.

Amén.




 

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