Te doy gracias con todo mi corazón; delante de los dioses
te cantaré salmos.
² Me postro hacia tu santo templo
y doy gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu verdad, porque has engrandecido tu nombre
y tu palabra sobre todas las cosas.
³ El día que clamé, me respondiste; mucho valor infundiste a mi alma.
⁴ Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán
cuando escuchen los dichos de tu boca.
⁵ Cantarán acerca de los caminos del SEÑOR
pues grande es la gloria del SEÑOR.
⁶ Aunque el SEÑOR es sublime, mira al humilde;
pero al altivo lo reconoce de lejos.
⁷ Aunque yo camine en medio de
la angustia,
tú me preservarás la vida.
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano
y me salvará tu diestra.
⁸ El SEÑOR cumplirá su propósito en mí. Oh SEÑOR, tu misericordia es para siempre;
no desampares la obra de tus manos

“Padre Eterno Celestial, no hay nadie como tú. Nos postramos ante Ti, Señor, con adoración y asombro. Gracias por tu fiel provisión y cuidado por nosotros, tus hijos. Cuando te clamamos, siempre estás ahí. Nos consuela la fidelidad y el amor que a diario nos prodigas. Tu eres nuestra fuerza.

“Vivimos en un mundo turbulento. A nuestro alrededor hay una sociedad que vive fuera de Tu voluntad. Te pedimos que te hagas real a través de nuestras vidas para que otros puedan ser atraídos hacia ti. Mantennos seguros y fieles mientras nos dejes en el mundo como lo conocemos. Nos reconforta tu promesa de nunca dejarnos ni desampararnos. Rodéanos con Tu protección celestial. Estamos a salvo contigo. Enséñanos a llamarte en todo momento.

“Se acerca el día, Señor, en que traerás paz a la tierra. En ese gran día, todas las naciones y pueblos alabarán Tu Nombre y adorarán en paz delante de Tu trono y delante del Cordero. Todo el mundo cantará a Tu grande y glorioso Nombre. Hasta entonces, quédate cerca de nosotros Tus hijos y extiende Tu gracia salvadora a aquellos que no te conocen. A ti solo sea toda la gloria y el honor, por siempre. Amén."