Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

En la incertidumbre de la vida, muchos han renunciado. Desde su punto de vista, la "las respuestas" que han estado buscando tan desesperadamente no están a la vista. Están a punto de "abandonar el barco" en lo que concierne a la fe. Pero si queremos experimentar la victoria sobre nuestras pruebas y problemas, debemos aprender a estimar las virtudes de la Palabra de Dios.

LA PALABRA DE DIOS , la Biblia, no es solo una colección de palabras y refranes en un libro sagrado. La Palabra de Dios, es el poder mismo de Dios para aquellos que lo creen Es una roca en la que podemos sujetarnos en tiempos difíciles.

Cuando llegan las mareas del cambio y el miedo parece estar presente en todas partes, la Palabra de Dios es una base sólida y segura en aquellos momentos en que la tormenta parece arrasar.

Sujétate fuerte a Jesús

Alguien podría preguntar:  ¿sabe qué va a pasar con nuestra economía?" No, no conozco el futuro en detalle, pero conozco al que lo hace. No sé qué decisiones se tomarán en Estados Unidos que afectarán a nuestra nación y al mundo. Pero conozco a Aquel que puede cambiar las mareas para cumplir su plan y propósito. ¡Y mi confianza está en él!

Hebreos 4:15,16 dice: "

15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Cuando el mundo parece "inundado" a nuestro alrededor, ¡no es momento de abandonar el barco! En cambio, debemos aferrarnos firmemente a Jesús. Él está con nosotros y ha prometido que nunca nos dejará, nos abandonará ni nos fallará. (Hebreos 13: 5).  porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;

Lo que sea que estemos pasando, Jesús lo sabe.

Hebreos 7: 24–25 dice que Jesús siempre está intercediendo por nosotros. Solo eso nos debe animar a retener nuestra confesión de fe en él. Podemos tener una confianza inamovible e inquebrantable de que Él nos estabilizará, nos fortalecerá y calmará cada tormenta. Él será nuestro Ancla, nuestra firme esperanza, en las mareas y las olas que se estrellan. Él nos verá a salvo a través de la tormenta y nos guiará a nuestro destino de puerto seguro.

Continua con la reflexión

Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado