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Combate la depresión con el Salmo 13

  • 24 ene
  • 2 Min. de lectura

Salmo 13

¿Hasta cuándo, oh SEÑOR?

¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

¿Hasta cuándo tendré conflicto

en mi alma

y todo el día angustia en mi corazón? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

¡Mira; respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío!

Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.

No sea que mi enemigo diga: “¡Lo vencí!”.

Mis enemigos se alegrarán si

yo resbalo.

Pero yo confío en tu misericordia;

mi corazón se alegra en tu salvación.

Cantaré al SEÑOR

porque me ha colmado de bien.


 

Oración


Señor de misericordia, hoy me acerco a Ti con un corazón cansado pero lleno de esperanza, sabiendo que en Tu presencia encuentro el consuelo y la fortaleza que tanto anhelo. En los momentos de oscuridad, cuando el miedo y la tristeza intentan dominar mi espíritu, clamo a Ti, mi refugio y mi luz. Tú eres el Dios que nunca me abandona, el que me toma de la mano y me guía hacia la paz.


Padre amado, hay días en los que las luchas parecen interminables, y mi corazón se siente abrumado. Sin embargo, Tu palabra en el Salmo 13 me recuerda que puedo confiar en Tu amor eterno, ese amor que nunca falla y que sostiene incluso al alma más débil. Ayúdame a descansar en Tu fidelidad y a esperar con paciencia en Tu tiempo perfecto.


Hoy, Señor, te entrego mis miedos, mis preocupaciones y toda tristeza que pesa sobre mi espíritu. Llena mi vida con Tu paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento y renueva mi alma. Dame la valentía para enfrentar este día con confianza y el gozo de saber que Tú estás conmigo, guiándome y protegiéndome en cada paso.


Gracias, Señor, porque en Ti hay esperanza, porque Tu amor me rodea y porque Tu gracia es suficiente para cada momento. Hoy elijo caminar de Tu mano, confiando en que Tú tienes el control de todas las cosas y que, en medio de las pruebas, estás obrando para mi bien.


En el nombre de Jesús, amén.


 

Conclusión


El Salmo 13 nos recuerda que, incluso en los momentos de mayor tristeza y temor, Dios está con nosotros, escuchando nuestro clamor y respondiendo con amor. Su fidelidad es inquebrantable, y en Su presencia podemos encontrar el refugio y la paz que nuestras almas necesitan.


Confía en que el Señor camina contigo, sanando tus heridas y transformando tus lágrimas en esperanza. Vive este día sabiendo que, aunque la prueba sea grande, Su amor es más grande y Su gracia suficiente.


Comparte esta oración con alguien que necesite fortaleza y deja tus reflexiones en los comentarios para inspirar a otros. Que el amor y la paz de Dios te llenen y te guíen en cada momento.


Sergio Andrés, tu Consejero Espiritual.

 
 
 

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Sergio Andres

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