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Ejercicio guiado con el Salmo 91


Este ejercicio de meditación guiada está basado en el Salmo 91 de la Biblia y se ha diseñado para proporcionar un espacio de calma, reflexión y conexión espiritual. Aquí hay una explicación de los componentes clave de este ejercicio y por qué podría ser útil para algunas personas:


1. Respiración Profunda: La respiración profunda es una técnica común en la meditación que ayuda a calmar el sistema nervioso y a reducir el estrés. Inhalar profundamente y exhalar lentamente puede ayudarte a relajarte y a entrar en un estado de mayor conciencia.


2. Visualización: La visualización es una herramienta poderosa en la meditación. Imaginar un entorno seguro y pacífico, como se sugiere en este ejercicio, puede ayudarte a escapar temporalmente del estrés y la ansiedad cotidianos, permitiéndote sentirte más tranquilo y relajado.


3. Salmo 91: El Salmo 91 es conocido por sus promesas de protección y seguridad divina. Al recitar o reflexionar sobre las palabras de este salmo durante la meditación, algunas personas encuentran consuelo y fortaleza espiritual. La repetición de las palabras sagradas puede ayudar a centrar la mente y a establecer una conexión con lo divino.


¿Por qué es necesario hacer este ejercicio?

  1. Reducción del Estrés: La meditación, especialmente cuando se combina con la respiración profunda, ha demostrado reducir los niveles de estrés y promover la relajación. En un mundo lleno de tensiones, tomarse un tiempo para meditar puede ser crucial para el bienestar mental y emocional.

  2. Conexión Espiritual: Para muchas personas, la espiritualidad es una fuente de consuelo y fortaleza. La meditación basada en textos sagrados, como el Salmo 91, puede ayudar a fortalecer la conexión con lo divino y proporcionar un sentido de propósito y esperanza.

  3. Manejo de la Ansiedad: Las prácticas de meditación pueden ser útiles para quienes sufren de ansiedad. Proporcionan herramientas para manejar pensamientos ansiosos y fomentar una sensación de calma interior.

  4. Autoconocimiento: La meditación también puede ser una forma de autoexploración. Al entrar en un estado de quietud mental, puedes encontrarte mejorando tu comprensión de ti mismo y de tus emociones.

Recuerda que la meditación es una práctica personal y lo que funciona para una persona puede no ser igualmente efectivo para otra. Sin embargo, para muchas personas, la meditación guiada basada en textos espirituales puede ser una herramienta valiosa para el crecimiento personal y el bienestar emocional.


 

Es importante crear un entorno propicio para la meditación.


Antes de comenzar, asegúrate de encontrar un lugar tranquilo donde puedas estar a solas sin distracciones. Esto puede ser una habitación tranquila en tu hogar, un espacio al aire libre, o cualquier lugar donde te sientas cómodo y relajado.

Preparación del Entorno:

  1. Encuentra un Lugar Tranquilo: Busca un lugar donde no serás interrumpido durante el tiempo de tu meditación. Esto ayuda a mantener tu concentración y a profundizar en la experiencia.

  2. Crea un Ambiente Cómodo: Elije una silla cómoda o un cojín en el suelo para sentarte, o incluso puedes optar por acostarte si eso te resulta más relajante. Usa ropa cómoda para que te sientas relajado físicamente.

  3. Establece una Iluminación Agradable: La iluminación suave y natural puede crear una atmósfera relajante. Si prefieres meditar en la oscuridad, puedes apagar las luces y encender una vela suave o usar luz tenue.

  4. Silencia las Distracciones: Apaga tu teléfono móvil u otros dispositivos electrónicos para evitar distracciones. Si es posible, avisa a las personas cercanas que necesitas un tiempo a solas para meditar.

  5. Añade Elementos Significativos: Si tienes objetos que sean espirituales o significativos para ti, como una estatua, una vela especial o una flor, colócalos cerca. Estos objetos pueden ayudarte a enfocar tu mente y a establecer una conexión espiritual.

  6. Prepara una Manta o Chal: A veces, durante la meditación, puedes sentir frío. Tener una manta o chal cerca te permitirá mantener una temperatura agradable.

  7. Establece Intenciones: Antes de comenzar, toma un momento para establecer tus intenciones para la meditación. Puedes hacer una breve oración o simplemente afirmar en tu mente tus objetivos para este tiempo de meditación, como encontrar paz, recibir orientación o simplemente estar en la presencia de lo divino.

Recuerda que la preparación del entorno es personal y puede adaptarse según tus preferencias y creencias. La clave es crear un espacio donde te sientas seguro, tranquilo y en paz para que puedas sumergirte completamente en tu práctica de meditación.


 

El entorno ideal: la naturaleza

La naturaleza ha sido considerada durante mucho tiempo como un entorno ideal para la meditación, la reflexión y la conexión espiritual en muchas tradiciones religiosas y filosóficas. Aquí hay algunas razones por las cuales la naturaleza puede proporcionar un entorno perfecto para la meditación:

1. Calma y Tranquilidad: La naturaleza, ya sea un bosque, una playa, una montaña o un parque, a menudo está asociada con la calma y la tranquilidad. Los sonidos suaves del viento, el canto de los pájaros o el murmullo de un arroyo pueden tener un efecto relajante y ayudarte a entrar en un estado meditativo más fácilmente. 2. Belleza Inspiradora: La belleza natural que se encuentra en la naturaleza puede ser inspiradora y elevar el espíritu. Los paisajes impresionantes, las flores coloridas y los cuerpos de agua tranquilos pueden estimular la creatividad y fomentar un sentido de admiración, lo que puede llevar a una meditación más profunda y significativa. 3. Conexión con lo Divino: Muchas personas sienten una conexión más profunda con lo divino cuando están en la naturaleza. La vastedad y la majestuosidad del mundo natural pueden recordarte la grandeza de la creación y ayudarte a sentirte parte de algo más grande que tú mismo. 4. Estímulo de los Sentidos: En la naturaleza, tus sentidos se activan de maneras únicas. Puedes sentir la suavidad de la brisa en tu piel, oler las fragancias de las flores y escuchar los sonidos suaves del entorno. Estimular tus sentidos de esta manera puede ayudarte a estar presente en el momento, lo cual es fundamental para la meditación. 5. Conexión con la Tierra: La tierra misma tiene una energía que algunas personas encuentran sanadora y equilibrante. Sentarse o caminar descalzo sobre el césped, la arena o la tierra puede ayudarte a conectarte directamente con la energía de la tierra, lo que a menudo se conoce como "earthing" o "grounding". Esta conexión puede promover una sensación de paz y bienestar.

En resumen, la naturaleza ofrece un entorno ideal para la meditación debido a su tranquilidad, belleza inspiradora, capacidad para estimular los sentidos y la conexión espiritual que proporciona. Siempre que sea posible, considera hacer tu práctica de meditación al aire libre, permitiéndote absorber la serenidad y la energía curativa de la naturaleza. Te animo a que realices tu práctica de meditación en la naturaleza. Procurar meditar al aire libre, en un entorno natural, puede ser una experiencia profundamente enriquecedora y transformadora. Aquí tienes una afirmación que podrías considerar:

"A medida que busco la paz interior y la conexión espiritual, procuraré hacer mi práctica de meditación en la naturaleza siempre que sea posible. En la tranquilidad de los bosques, la serenidad de las montañas, la calma de las playas o la belleza de un parque, encontraré un santuario para mi mente y mi alma. Permitiré que los sonidos suaves del viento y los cantos de los pájaros guíen mi meditación, mientras absorbo la energía curativa de la tierra. En la naturaleza, encontraré inspiración, paz y una conexión más profunda con lo divino. Estaré presente en el momento, agradecido por la belleza que me rodea y por la oportunidad de meditar en este sagrado regalo de la naturaleza."

Que encuentres paz y renovación en tus prácticas de meditación en la naturaleza O EN EL LUGAR DE TU PREFERENCIA.


 

Por favor, encuentra un lugar tranquilo y cómodo para sentarte o acostarte. Cierra los ojos y respira profundamente. Inhala lentamente por la nariz, siente cómo el aire llena tus pulmones, y luego exhala suavemente por la boca. Repite este proceso varias veces hasta que te sientas calmado y centrado.


Ahora, mientras continúas respirando profundamente, imagina un hermoso y luminoso resplandor a tu alrededor. Siente cómo esta luz te envuelve, proporcionándote una sensación de paz y seguridad. Visualiza un lugar tranquilo y sereno, puede ser un bosque, una playa o cualquier entorno que te haga sentir protegido y en paz.


En este lugar seguro, recita en tu mente o en voz baja el Salmo 91, permitiendo que cada palabra y frase resuene en tu corazón:

"El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré."

Imagina que cada palabra del Salmo 91 está impregnada en esa luz brillante que te rodea, fortaleciéndote y protegiéndote.


Continúa respirando lentamente mientras te sumerges en la paz de este lugar imaginario. Siente cómo la presencia de lo divino te llena de tranquilidad y confianza. Si te sientes ansioso o temeroso en algún momento de tu vida, recuerda esta sensación de paz y seguridad que estás experimentando ahora.


Ahora, gradualmente, comienza a volver a tu conciencia del entorno que te rodea. Siente el suelo bajo tus pies o el lugar donde estás sentado. Abre los ojos cuando te sientas listo.

Espero que este ejercicio te haya brindado calma y serenidad. Recuerda que puedes regresar a este lugar imaginario en cualquier momento que necesites encontrar paz y protección. Que la paz esté contigo.


 

En la Biblia hay ejemplos de personas que se retiraron a lugares solitarios y tranquilos para conectarse con Dios a través de la meditación, la oración y la reflexión. Uno de los ejemplos más notables es el profeta Elías.


En el primer libro de Reyes, capítulo 19, se narra cómo Elías se retiró al monte Horeb, también conocido como el monte Sinaí. Este fue el mismo monte donde Moisés recibió los Diez Mandamientos. Elías se encontraba en un momento de profundo desánimo y temor, y buscaba la guía y la presencia de Dios. Aquí está el pasaje relevante:


1 Reyes 19:11-13 (Nueva Versión Internacional):

"Y [Dios] le dijo: 'Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová'. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva; y he aquí vino a él una voz, diciendo: '¿Qué haces aquí, Elías?'"


En este pasaje, se describe cómo Dios no estaba en los fenómenos naturales espectaculares como el viento fuerte, el terremoto o el fuego, sino en un "silbo apacible y delicado". Esta historia ilustra la importancia de encontrar un espacio tranquilo y calmado para conectarse con lo divino, donde se pueda escuchar la voz suave y gentil de Dios.


Este ejemplo nos muestra que a veces, para sentir la presencia de lo divino, necesitamos alejarnos del ruido y encontrar un lugar de paz y silencio donde podamos reflexionar y meditar en su presencia.


 

Versículo 1-2: "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré."

Meditación: Hoy, me refugio en la presencia de Dios, confiando en Su guía y protección. Al poner mi esperanza en Él, sé que estoy seguro bajo Su sombra. Dios es mi fortaleza, mi roca en quien confío plenamente.

Versículo 3-4: "Porque él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad."

Meditación: Dios me protege de los peligros invisibles y me libra de las trampas que la vida pueda presentar. Bajo Sus alas, encuentro seguridad y refugio. La verdad de Dios es mi escudo, protegiéndome de las mentiras y las dudas.

Versículo 5-6: "No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día. Ni la peste que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya."

Meditación: Hoy, el miedo no tiene lugar en mi corazón, porque confío en la protección de Dios. Estoy a salvo de las enfermedades y los peligros que puedan acechar en la oscuridad o en plena luz del día. En la paz de Dios, encuentro mi descanso.

Versículo 11-12: "Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra."

Meditación: Hoy, me siento rodeado por los ángeles de Dios, quienes me guían y protegen en cada paso que doy. Confío en que no tropezaré, porque Dios sostiene mis pasos y allana mi camino. Estoy seguro en Sus manos amorosas.

Versículo 14-16: "Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación."

Meditación: Hoy, experimento el amor incondicional de Dios. Al llamar a Él en mis momentos de necesidad, Él me responde y está presente en mi angustia. Soy liberado y glorificado por la gracia de Dios. En Su presencia, encuentro vida abundante y descubro Su salvación eterna.


Que estas reflexiones te guíen y te den paz en tu devocional de hoy, recordándote que estás seguro y protegido en las manos de Dios. Que encuentres consuelo en Su amor y confianza en Su guía constantes.


Con gratitud y oraciones Sergio Andres tu Consejero Espiritual

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1 Comment


Unknown member
Oct 09, 2023

Amen 🙏🏻

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