Galatas 6:9 dice no nos cansemos de hacer el bien, porque su debido tiempo cosecharemos.
Este texto es una promesa de Dios a su pueblo a través del apóstol Pablo. La vida a veces
tiende a cansarnos al tratar de hacer siempre lo correcto, y muchos desean darse por vencidos y renunciar. Pero hoy el llamado de Dios a su pueblo es aferrarse,
no rendirse, alzar su frente en alto y mantener el curso en el tiempo designado. Dios trabajará en nuestro nombre, si no nos rendimos ni renunciamos.
Sin lugar a dudas, vivir la vida cristiana a la que Dios llama requiere perseverancia y
determinación, incluso en medio de la adversidad y la oposición. No lo lo agraremos si no
tenemos determinación y valor. Como diría el refrán de antaño, el día de pago viene después del trabajo.
Vivimos en un mundo que busca la gratificación instantánea, la gente quiere las cosas
ya, pero no es así como opera Dios, Dios trabaja en su tiempo perfecto. La promesa para
aquellos que estamos dispuestos a esperar en el tiempo es que se garara una cosecha mucho mayor, luego Dios no fallará en las estaciones correspondientes de nuestra vida.
Pero estas cansado y en la inclusión de la vida preguntándote en qué dirección
debes girar. Una cosa que no puedes hacer es como diríamos en mi país: tirar la toalla. Lo que debes hacer es buscar a Dios en cuanto al camino que debes seguir, que te permitirá continuar en la dirección que Él ya tiene designado para ti.
No te rindas aún estas a tiempo de alcanzar y empezar de nuevo. Justamente la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destravar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. Aunque el frío queme, aunque el miedo muerta, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque no hay heridas que no cure Dios y el tiempo.
Querido amigo y amiga, hecha lo un vistazo a tu vida en el pasado y has su inventario de
lo que Dios ya hizo por ti. La escritura declara que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, él no cambia, sigue perseverando el tiempo de cosecha esta cerca. Te acordarás de mí.
La escritura de corintios,1:20: porque todas las promesas de Dios son en el sí y en el amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Si no te das por vencido y renuncias, verás las promesas en la temporada de vida, manifestadas en tu vida. Dios lo prometió y sucederá para ti. Y es el día en que debes dejar que tu fe anule cualquier idea de renunciar.
Confía en Dios para realizar lo que Él ha prometido, ya que sólo la fe agrada a Dios
y sólo la fe produce la cosecha prometida. Repite a lo largo de este día:
Gracias, Señor, porque la promesa de tu palabra se hace realidad en mi vida.
OREMOS
O Dios, debo tomar decisiones que afectarán toda mi vida.
Ayuda mi elegir de la manera correcta.
Concedeme tu guía y con ella, concede me la unidad y obediencia para aceptarlo.
Ayudame no necesariamente elegir lo que quiero hacer, sino lo que quieres que haga.
Se me que no me deje influir únicamente por el miedo o por la esperanza de obtener ganancias, por amor egoístá, la comodidad o por ambición personal, por el deseo de escapar o anhelar prestigio.
Ayudame hoy en mi humilde existencia a decirte, Señor, ¿qué quieres que haga?
Escucha hasta oración mía y envía una respuesta.
Te lo pido por tu amor y por Jesús.
Ayudame. Amen.
DIOS TE DICE HOY
Mis amados hijos,
En la quietud del universo que he tejido con amor infinito, me dirijo a ustedes con palabras que fluyen desde el corazón mismo de la eternidad. Escucho el susurro de sus almas y veo cada lágrima derramada, así como cada sonrisa iluminando sus rostros. Mi amor por ustedes es inmutable, y mi gracia es un río que fluye constante, listo para abrazarlos en cualquier momento.
En la carta que les dejé a través de mis siervos en Galatas 6:9, les hablé con la sabiduría de un Padre que comprende los desafíos de la vida terrenal. Les dije: "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos". Estas palabras son más que una guía, son un eco de mi amor inagotable.
En este peregrinaje que llaman vida, enfrentarán vientos fuertes y tormentas inesperadas. A menudo, se sentirán agotados, cuestionando si sus esfuerzos valen la pena. Pero recuerden, mis amados, que en cada acto de bondad, en cada semilla de amor que siembran, están participando en mi divino plan.
Así como el agricultor trabaja la tierra con paciencia y esperanza, ustedes también están llamados a sembrar la bondad, la compasión y el amor. Aunque los frutos no sean inmediatos, confíen en mi promesa de que la cosecha llegará a su tiempo designado.
Cuando el desánimo aceche sus corazones, recuerden que están tejidos en el tapiz de mi amor, y cada acción noble que emprendan resuena en la eternidad. No subestimen el poder transformador de un acto de bondad, incluso en medio de la oscuridad. Su luz puede iluminar el camino de otros, guiándolos de vuelta a mi amor redentor.
Que Galatas 6:9 sea un faro de esperanza en sus vidas. No se rindan, mis hijos, porque en la perseverancia encontrarán la recompensa. En sus luchas, encuentren fuerza en mi amor incondicional y recuerden que, a su debido tiempo, la cosecha será abundante.
Que mi gracia les envuelva siempre, y que sus vidas sean un testimonio de mi amor eterno.
Con amor divino, Dios.
PLEGARIA EN RESPUESTA
Amado Dios,
Escucho tus palabras que resuenan en lo más profundo de mi ser, como una melodía celestial que acaricia mi alma. Me postro ante Ti, reconociendo tu amor incondicional que me envuelve con gracia y misericordia.
En medio de las pruebas y tribulaciones de esta vida, tus palabras en Galatas 6:9 resplandecen como una luz divina que guía mi camino. Sé que, a pesar de las dificultades y el cansancio que pueda experimentar, Tú estás a mi lado, sosteniéndome con tu mano amorosa.
Padre celestial, a través de esta plegaria, te entrego mis cargas y preocupaciones. Renuevo mi compromiso de sembrar semillas de bondad y amor en cada rincón de mi vida, confiando en que, según tu promesa, la cosecha vendrá en tu tiempo perfecto.
Fortaléceme, oh Señor, cuando la fatiga amenace con apagar la luz de mi esperanza. Que tu Espíritu Santo me guíe y me dé la perseverancia necesaria para continuar haciendo el bien, incluso cuando no vea los frutos de inmediato.
Te agradezco, Dios misericordioso, por tu amor que perdona, restaura y renueva. Que mi vida sea un testimonio vivo de tu gracia transformadora. Permíteme ser un instrumento de tu paz y amor en un mundo que tanto necesita de Ti.
Encomiendo a tus manos todas mis preocupaciones y anhelos, confiando en que tu voluntad soberana se cumplirá en mi vida. Que cada día sea una oportunidad para reflejar tu amor, inspirado por la verdad de Galatas 6:9.
En el nombre sagrado de tu Hijo amado, Jesucristo, elevo esta plegaria. Amén.
LLAMADO
Queridos
Que la paz de nuestro Señor Jesucristo llene sus corazones al recibir estas palabras de reflexión y plegaria. En medio de los desafíos y las pruebas, recordemos que estamos llamados a perseverar en el bien, confiando en la promesa divina de una cosecha abundante.
Que estas palabras de Dios resuenen en cada uno de nosotros, no solo como un consuelo, sino como un llamado a la acción. En este día, les insto a que miren a su alrededor y encuentren oportunidades para sembrar amor, bondad y esperanza en la vida de aquellos que los rodean.
No seamos desanimados por las aparentes demoras en ver los frutos de nuestras acciones. Recordemos que cada acto de bondad es una semilla plantada en el jardín del corazón humano, y en el tiempo de Dios, florecerá en una cosecha que supera nuestras expectativas.
Que esta jornada sea un recordatorio de nuestro propósito divino: ser portadores de luz en un mundo que a menudo yace en sombras. Que nuestras vidas sean un testimonio palpable del amor eterno de Dios.
¡Adelante, valientes siervos de Dios! Que el Espíritu Santo les guíe en cada paso, recordándoles que en la perseverancia encontrarán la recompensa celestial. Que cada día sea una oportunidad para ser instrumentos del amor divino, llevando consuelo donde hay dolor y esperanza donde hay desesperación.
Que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Espíritu Santo estén con ustedes hoy y siempre. Que amen y sirvan, con la certeza de que su labor en el Señor no es en vano.
En el nombre de Jesús, el Salvador y Redentor, les envío con amor y bendiciones. ¡Adelante, hijos e hijas de Dios!
Amén y amén.
Tu consejero espiritual Sergio Andres
Amen 🙏🏻
Amén Amén Amén 🙏 🙏🙏gracias gracias gracias 💝❤️
Amén 🙏 así es 💯 💝🙏❤️
Amén gracias padre por este nuevo día gracias por tu promesa ayúdame a servir con umildad aser el bien en cada acto de mi vida desinteresada mente gracias en el poderoso nombre de Jesús amén y amén
Amen 🙏🙏🙏