Salmo 30:
Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
En mi prosperidad dije yo:
No seré jamás conmovido,
Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.
A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.
¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.
Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Jesús te dice hoy
Hijo mío, en este mes de festividades y reflexión, quiero que te detengas y consideres las bendiciones que he derramado sobre ti. Este Salmo nos recuerda la importancia de reconocer mis obras en tu vida, especialmente en tiempos difíciles. A menudo, la alegría puede parecer distante cuando enfrentamos adversidades, pero es en esos momentos que más debes buscarme. Quiero que sepas que mi amor y compasión están siempre contigo, incluso en las noches más oscuras.
Cuando sientas que la tristeza amenaza con robarte la alegría, acércate a mí. Clama a mí como lo hiciste antes, y te prometo que te sanaré y te restauraré. Este es un tiempo para recordar que mi favor es eterno y que la tristeza es solo un capítulo en la historia de tu vida, no el final. Estoy aquí para levantarte, para traerte de vuelta a la luz, y para llenar tu corazón con la alegría que solo proviene de mí.
En esta temporada de celebración, busca maneras de compartir esa alegría con los demás. Ya sea a través de actos de bondad, palabras de aliento, o simplemente mostrando amor a aquellos que te rodean. Recuerda que, al alabarme y compartir mi amor, te acercas más a la verdadera esencia de las festividades: la unidad, la esperanza y la alegría que brota de un corazón agradecido.
Con todo mi amor, Jesús.
Plegaria en respuesta
Señor, hoy me acerco a Ti con un corazón agradecido. Gracias por cada bendición que has traído a mi vida y por la alegría que me ofreces, incluso en los momentos difíciles. Te pido que me ayudes a mantener la perspectiva correcta, recordando que, aunque la tristeza pueda durar una noche, la alegría siempre viene por la mañana.
En este mes de diciembre, ayúdame a encontrar maneras de compartir Tu luz con quienes me rodean. Que mi corazón esté lleno de gratitud, y que pueda ser un instrumento de Tu amor en el mundo. Permíteme ver cada oportunidad como una bendición y a cada persona como un reflejo de Tu creación.
Agradezco por la fortaleza que me das y por la comunidad que me rodea. Que mi vida sea un testimonio de la esperanza y alegría que proviene de Ti. Deseo que cada día me acerque más a Ti, buscando siempre Tu guía y dirección.
Amén.
Conclusión
Mientras celebras este mes, recuerda que cada día es una oportunidad para vivir en gratitud y alegría. Permite que tus experiencias y reflexiones te acerquen más a Dios. Comparte tus pensamientos y peticiones de oración en los comentarios, y no olvides seguir y dar me gusta para más oraciones y reflexiones inspiradoras. Que Dios te bendiga poderosamente.
Sergio Andrés, tu Consejero Espiritual. Amén.
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