Soñamos entre una y dos horas cada noche, normalmente se sueña con eventos del día o con algo que tengas instaurado en tu mente. El sueño es un mecanismo mediante el cual el cuerpo y la mente entran en un estado de restauración. Pero también sabemos que Dios habla en nuestros sueños y que lo ha estado haciendo a lo largo de la historia.
Las escrituras nos dicen que los sueños son una de las formas más comunes en que Dios habla y que muchos de los grandes eventos bíblicos comenzaron mientras alguien dormía. La historia de José, por ejemplo, presenta también una visión increíble de cómo Dios soberanamente obra para vencer el mal y llevar a cabo su plan. Después de todo, sus sufrimientos, José fue capaz de ver la mano de Dios obrando.
Él sabía que, para recibir la interpretación de Dios por medio de sus sueños, necesitaba la guía del Espíritu. José, quien fue un hombre conforme a la voluntad de Dios, recibió por fe este maravilloso don.
Dice Joel capítulo 2, versículo 28:
"Entonces, después de hacer todas estas cosas, derramaré mi espíritu sobre toda la gente, tus hijos e hijas profetizarán, sus ancianos soñarán sueños y sus jóvenes tendrán visiones."
Pero la pregunta que surge en este momento es, ¿Cómo saber si un sueño es de Dios? Hazte la pregunta. ¿Este sueño me animó a hacer cosas contrarias a la palabra de Dios? Si lo hizo, entonces este sueño definitivamente no vino de Dios. José era un hombre justo. ¿Qué tan justo estás siendo en tu vida espiritual?
Oremos:
“Padre, estoy tan cansado. Ayúdame a dormir ahora, a restaurar mi energía, a cubrir mis sentimientos y cuidar mi mente. Descanso en ti en esta noche. Dejo a un lado el destello fatigoso del dispositivo móvil y televisión para descansar.
Quisiera que me dieras sueños profundos, alguna visión de que permita vislumbrar tu voluntad para mi vida. Tú, que te comunicaste en el pasado por medio de los sueños, eres el mismo de ayer, hoy y por los siglos. Comunícate conmigo, Dios, a través de los sueños.
Quita de mi mente la duda y la falta de fe para llegar a dibujar en mi mente con un sueño lo que me quieres decir. Que la guía del Espíritu Santo me indique si proviene de Dios y me ayude a interpretarlo. En el nombre de Jesús. Amén.”
Al cerrar este día, recordemos que cada sueño es una oportunidad de acercarnos más a Dios y de escuchar su voz en nuestra vida. A través de la oración y la meditación en Su palabra, podemos aprender a discernir lo que Él quiere comunicarnos. Que cada noche se convierta en un momento sagrado donde nos entreguemos a su voluntad y busquemos su guía en nuestros sueños.
Te invito a seguirme en este espacio, donde compartiremos oraciones nocturnas todos los días para acompañarte en tu camino espiritual. No olvides dar me gusta y compartir este mensaje con tus seres queridos, para que juntos podamos experimentar la paz y la dirección que Dios nos ofrece mientras descansamos en Su amor. Que tengas una noche llena de sueños y bendiciones.
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