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PODEROSA ORACIÓN DEL SALMO 23

Actualizado: 4 sept


Jesus conduce a sus ovejas por el valle
Salmo 23



Jesus te dice hoy:


Querido/a, he estado contigo todo el día, desde que abriste los ojos esta mañana, cansado/a quizás, pero dispuesto/a a enfrentar lo que viniera. Te vi cuando te levantaste, con tus pensamientos ya girando alrededor de lo que el día traería, con tus preocupaciones y responsabilidades. Estaba allí, aunque tal vez no me sentías, caminando a tu lado, observando cada paso que dabas.


Te vi cuando tuviste ese momento de duda, esa pequeña pausa donde te preguntaste cómo ibas a poder con todo. Quiero que sepas que en ese momento estaba susurrando a tu corazón: "No temas, porque Yo soy tu Pastor." Estoy aquí, justo a tu lado, proveyendo lo que necesitas, aunque a veces no lo notes. No tienes que hacerlo todo solo/a.


Cuando el día se volvió un poco más complicado y el estrés empezó a pesarte, quiero que recuerdes que fui Yo quien te llevó a ese pequeño respiro, esa pausa en medio del caos. Quizás fue un breve momento de paz, una sonrisa inesperada, o un momento de calma en medio de la tormenta. Ese fue un regalo Mío, un pequeño pasto verde donde quería que descansaras por un instante.


Al final del día, cuando la fatiga te empezó a abrazar y las sombras de las preocupaciones intentaban colarse en tu mente, estuve ahí, caminando contigo por ese valle de sombra, recordándote que no estás solo/a. Aunque a veces no escuches Mi voz tan clara, Mi vara y Mi cayado están siempre presentes, guiándote, protegiéndote.


Te vi preparar tu corazón para descansar, aún con el peso de lo que el día dejó. Y en ese momento, puse una mesa para ti. Tal vez no te diste cuenta, pero la preparé con paz, con consuelo, con Mi amor derramado en ti. No importa cuán difíciles sean las batallas que enfrentes, siempre estoy allí, cubriéndote, bendiciéndote, recordándote que Mi bondad y misericordia te seguirán todos los días de tu vida.


Y cuando te recostaste, agotado/a por todo lo vivido, quiero que sepas que estuve a tu lado, velando por tu descanso, susurrando a tu alma que en Mi presencia siempre encontrarás refugio y renovación. Así que, descansa, hijo/a Mío/a. Yo soy tu Pastor, y Mi cuidado nunca se apartará de ti, no importa lo que el mañana traiga. Estoy aquí, desde el amanecer hasta el anochecer, cubriéndote con Mi amor.


Y ahora, mientras te acomodas en la quietud de la noche, quiero que sientas Mi presencia aún más cerca. Te veo respirando profundo, dejando ir las tensiones del día, intentando encontrar ese espacio de paz. Estoy aquí, a tu lado, cuidando tu sueño como he cuidado cada paso de tu día. Me quedo junto a ti, en el silencio, velando tus pensamientos, tu descanso, porque incluso en la oscuridad, Mi luz sigue brillando sobre ti.


Quiero que recuerdes algo importante mientras te preparas para dormir: no tienes que llevar las cargas de este día al mañana. Estoy aquí para levantarlas de tus hombros. Si me dejas, puedo sostenerlas por ti, darte el descanso que tu cuerpo y tu espíritu tanto necesitan. Permíteme cargar con tus preocupaciones, tus dudas, tus miedos. Yo soy tu Pastor, y cada día, te estoy llevando hacia esos pastos tranquilos donde puedes descansar tu alma.


Esta noche, mientras te quedas dormido/a, quiero que sepas que nada de lo que enfrentes está fuera de Mi alcance. No hay problema tan grande, ni miedo tan profundo que Yo no pueda manejar por ti. Mientras duermes, trabajaré en tu favor, cuidando no solo de tus sueños, sino también de lo que está por venir. Y cuando despiertes, estaré allí nuevamente, listo para caminar contigo en otro día, para guiarte, protegerte, y mostrarte Mi bondad de nuevas maneras.


Así que, hijo/a Mío/a, mientras cierras los ojos, confía en que estás completamente bajo Mi cuidado. No hay sombras que puedan asustarte ni desafíos que puedan vencerte, porque Yo, tu Pastor, estoy contigo. Mi amor por ti no descansa, y Mis promesas no fallan. Mientras duermes, Yo estaré aquí, susurrando paz a tu corazón, restaurando tus fuerzas y preparándote para el nuevo amanecer.


Descansa, querido/a, en Mi amor inquebrantable. Mañana es un nuevo día, y lo enfrentaremos juntos. Como siempre lo hemos hecho.


Amén.



 

"Querido/a hijo/a, quiero enseñarte un modelo de oración, una que es sencilla pero profundamente poderosa. A veces, las palabras más simples, cuando salen de un corazón sincero, tienen el poder de mover montañas. Esta oración no necesita ser compleja, solo necesita ser auténtica. Escucha con atención y ora conmigo:


Oración


‘Padre celestial, aquí estoy, tal como soy, delante de Ti. Te agradezco por este momento, por cada bendición que has derramado sobre mi vida y por Tu presencia constante. Reconozco que muchas veces me dejo llevar por las preocupaciones, los miedos y las dudas, pero hoy quiero entregártelo todo. Señor, toma cada una de mis cargas, porque sé que Tú cuidas de mí. Ayúdame a descansar en Ti, sabiendo que en Tus manos todo está bajo control.


Te pido que guíes mis pasos en este día y que me des sabiduría para tomar decisiones que honren Tu nombre. Dame paz en medio de las tormentas que enfrento, esa paz que solo Tú puedes dar, que sobrepasa todo entendimiento. Que en los momentos de incertidumbre, pueda escuchar Tu suave susurro, recordándome que no estoy solo/a, que Tú estás conmigo, caminando a mi lado.


Señor, necesito Tu fuerza. A veces, las pruebas me agotan y me siento débil, pero sé que en Ti puedo encontrar renovadas fuerzas. Ayúdame a recordar que en mis debilidades, Tú eres mi fortaleza. Dame un espíritu de valentía, para enfrentar cada desafío con la certeza de que Tú peleas mis batallas.


Padre, te pido que me rodees con Tu amor. Que pueda sentir Tu abrazo en cada situación que enfrente. No permitas que los problemas de la vida me roben la alegría que Tú me das. En cada paso que dé, que Tu presencia sea mi guía, y que Tu amor sea mi refugio. Llena mi corazón con Tu gozo, y que ese gozo sea mi fortaleza, aun cuando los tiempos sean difíciles.


Hoy, Señor, te pido por las personas que amo. Cuídalos, protégelos y derrama sobre ellos Tu paz y Tu amor. Y también te pido que uses mi vida como una luz para ellos, que pueda ser un reflejo de Tu gracia y Tu bondad. Ayúdame a mostrarles Tu amor en todo lo que hago y digo.


Confío en que en cada situación, Tú estás obrando para mi bien. Aunque no siempre entienda lo que sucede, sé que Tus planes son perfectos. Te agradezco porque siempre escuchas mis oraciones y porque nunca me dejas solo/a. En cada desafío, en cada alegría, sé que Tú estás conmigo, y eso me da paz y seguridad.


Gracias, Señor, porque en Ti encuentro todo lo que necesito. Gracias por Tu amor incondicional, por Tu gracia que me sostiene y por Tu presencia que nunca me abandona. Hoy, pongo mi vida en Tus manos, confiando en que Tú guiarás cada paso, y que en Tu nombre, todo es posible.


En el nombre poderoso de Jesús,

Amén.’


Querido/a hijo/a, cada vez que pronuncies esta oración, quiero que sepas que estoy escuchando, que cada palabra es como un eco en Mi corazón. No importa cuán grandes sean tus cargas, cuán difíciles sean tus pruebas, Yo estoy aquí, caminando contigo. Cuando te sientas débil, recuerda que Mi fuerza es tuya. Cuando las dudas te invadan, recuerda que Mi amor es tu ancla. Y cuando ores con fe, confía en que estoy obrando en cada detalle, aun cuando no lo veas. Sigue orando, sigue confiando, porque Yo estoy siempre contigo, hoy y siempre."


Amén.

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