En momentos de dificultad emocional o física, es fácil sentirse preocupado, sentir que las cosas simplemente nunca van a mejorar. Pero como dice la Biblia, para Dios todo es posible.
Cuando te encuentres en obstáculos con la vida, salud, trabajo, relaciones o algo más, tomarse un momento para orar, puede marcar la diferencia. Decir una oración de sanación puede brindarte con suelo en el momento en que más lo necesites.
Por supuesto, las oraciones no tienen que ser dichas por ti. Si conoces a alguien que está pasando por una dificultad, mantenerlo en tus oraciones de sanación también puede traerte paz, a ti o a la persona en cuestión.
Jesús, hace más de dos mil años, junto con sus discípulos hicieron muchos milagros, restauraron la vida del ciego, sanaron al leproso, multiplicaron los panes y los peces, resucitaron a Lázaro.
Estoy seguro de que Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Y si tienes fe, tan solo como un grano de mostaza podrás hacer cosas grandes y maravillosas para la gloria de Dios.
Por eso te invito a que no pierdas la fe, cualquiera sea la situación por la que estés pasando, si es una enfermedad o una dolencia física, incluso espiritual, Dios tiene el poder para salvarte y sanarte. ¿Lo crees?
Oremos:
“Querido Señor, me dirijo una vez más por la noche al trono de tu gracia, oro por tu toque sanador en cada parte de mi vida, tanto espiritual como física.
Señor tu conoces todos los dolores por los que estoy pasando en este momento, y oro por tu toque sanador en cada área de mi vida, en general, y por el alivio de los dolores y problemas que tengo en mi cuerpo, en particular aliviar todas las tensiones del día y curar los problemas físicos.
Oro para que tu bondad y gracia me den una buena noche de sueño, sin dolor, sin insomnio, para que pueda despertar renovado en cuerpo, alma y espíritu para gloria de tu nombre.
Consuela mi sufrimiento, cúrame, Señor, dame tal confianza en el poder de tu gracia, que aun cuando tenga miedo, pueda poner toda mi confianza en ti.
Esperaré y despertar el renovado y listo para enfrentar un día más, en tu gracia, en el nombre de Jesús. Amen."
En medio de las dificultades, ya sea en el cuerpo o en el alma, es fácil perder la esperanza. Pero recuerda, para Dios nada es imposible. Hoy te invito a que, en lugar de permitir que las preocupaciones te consuman, pongas tu confianza en la oración y la sanación que solo Dios puede dar. Él sigue siendo el mismo Dios que sanó a los enfermos y levantó a los caídos, y si tienes fe, verás Su poder obrando en tu vida.
Únete a mí cada noche para orar juntos y buscar Su consuelo y sanación. Cada día compartiremos una Oración y Reflexión de la noche, acercándonos más a la paz y al amor de Dios. Que Dios te bendiga.
Comments