Orando a la luz del salmo 86
- 8 nov 2023
- 6 Min. de lectura
Confianza en el Amor Inquebrantable de Dios

VersÃculo Clave: Salmo 86:5 (NVI) - "Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor para con todos los que te invocan."
Introducción: En medio de las dificultades y desafÃos de la vida, a menudo necesitamos recordar el amor inquebrantable de Dios hacia nosotros. El Salmo 86 nos ofrece una poderosa muestra de la confianza del salmista en el carácter de Dios. A través de este devocional, exploraremos la verdad de que Dios es bueno, perdonador y su amor es grande para con todos los que confÃan en Él.
Reflexión:
Dios es bueno: En el versÃculo 5, el salmista proclama la bondad de Dios. A pesar de nuestras circunstancias, podemos confiar en que Dios es bueno y siempre tiene nuestro mejor interés en Su corazón. Recordemos que Su bondad nos rodea incluso en medio de las pruebas.
Dios es perdonador: El salmista reconoce el perdón de Dios en el versÃculo 5. No importa cuán lejos hayamos caÃdo, el perdón de Dios está disponible para todos los que se vuelven sinceramente hacia Él. Su gracia nos restaura y nos da esperanza.
El gran amor de Dios: El versÃculo 5 también destaca el amor inmenso de Dios hacia aquellos que le invocan. Su amor es inagotable, incondicional y eterno. En tiempos de soledad o desesperación, podemos encontrar consuelo en el abrazo amoroso de nuestro Padre celestial.
Aplicación Práctica:
Cultiva una relación más profunda: Dedica tiempo cada dÃa para buscar a Dios en oración y estudio de Su Palabra. Cuanto más conocemos a Dios, más confiamos en Su bondad y amor.
Practica el perdón: Asà como Dios nos perdona, debemos perdonar a los demás. Libérate del peso del rencor y permite que el amor de Dios fluya a través de ti hacia aquellos que te han herido.
ConfÃa en el amor de Dios: En momentos de duda o temor, recuerda el gran amor de Dios por ti. Él es tu refugio y fortaleza, un ayudador siempre presente en tiempos de angustia (Salmo 46:1).
El Salmo 86 nos recuerda que podemos confiar plenamente en el carácter de Dios. Su bondad, perdón y amor son inquebrantables. Al confiar en Él, encontramos paz y seguridad incluso en medio de las tormentas. Que este conocimiento nos guÃe y nos fortalezca en nuestra jornada diaria.
Salmo 86 Oración por la misericordia divina
Oración de David.
Inclina, oh SEÑOR, tu oÃdo y escúchame porque soy pobre y necesitado. 2 Guarda mi alma porque soy piadoso; salva tú, oh Dios mÃo, a tu siervo que en ti confÃa. 3 Ten misericordia de mÃ, oh SEÑOR, porque a ti clamo todo el dÃa. 4 Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, levanto mi alma 5 porque tú, oh Señor, eres bueno y perdonador, grande en misericordia para con los que te invocan. 6 Escucha, oh SEÑOR, mi oración; atiende a la voz de mis súplicas. 7 En el dÃa de mi angustia te llamaré porque tú me respondes. 8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay nada que iguale tus obras. 9 Vendrán todas las naciones que hiciste y adorarán, oh Señor, delante de ti. Glorificarán tu nombre 10 porque tú eres grande y hacedor de maravillas. ¡Solo tú eres Dios! 11 Enséñame, oh SEÑOR, tu camino, y yo caminaré en tu verdad. Concentra mi corazón para que tema tu nombre. 12 Te alabaré, oh SEÑOR, Dios mÃo, con todo mi corazón; glorificaré tu nombre para siempre. 13 Porque tu misericordia es grande para conmigo; tú has librado mi alma de las profundidades del Seol. 14 Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mÃ, y una congregación de violentos busca mi vida y a ti no te toman en cuenta. 15 Pero tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad, 16 mÃrame y ten misericordia de mÃ. Da tú fuerzas a tu siervo; guarda al hijo de tu sierva. 17 Haz conmigo señal para bien; véanla los que me aborrecen y sean avergonzados porque tú, oh SEÑOR, me ayudaste y me consolaste.
Al leer las lÃneas de este salmo, ¿te sientes identificado?
El Salmo 86 es un clamor profundo de alguien que se encuentra en necesidad, alguien que busca refugio en la presencia amorosa de Dios. Al leer estas palabras, es posible que te veas reflejado en las emociones y pensamientos expresados por el salmista. La sensación de estar afligido y necesitado, de clamar a Dios en medio de las dificultades, es una experiencia compartida por muchos en algún momento de sus vidas.
Quizás te encuentres enfrentando desafÃos personales, luchando con circunstancias difÃciles, o sintiéndote abrumado por las preocupaciones de la vida. Puede que te identifiques con la súplica del salmista de ser escuchado y comprendido por Dios en tu angustia.
En este salmo, encontramos consuelo en la certeza de que Dios está dispuesto a escucharnos y a extendernos Su amor y gracia, incluso en medio de nuestras debilidades y temores. Al igual que el salmista, podemos confiar en la bondad de Dios y en Su capacidad para responder a nuestras necesidades más profundas.
La belleza del Salmo 86 radica en su capacidad para conectar con las emociones humanas más fundamentales. Nos recuerda que no estamos solos en nuestras luchas y que siempre hay un refugio seguro en la presencia amorosa de Dios. Que este salmo te brinde consuelo y esperanza, recordándote que, en medio de tus desafÃos, puedes encontrar fortaleza en la relación cercana que compartes con tu Creador.
La Voz de Dios: Un Susurro en el Silencio
En el silencio de tu alma, en los espacios donde las palabras se desvanecen y la paz prevalece, ahà estoy Yo, hablándote en el susurro del viento y en el murmullo de las hojas. Mi voz no se impone; es un susurro, una melodÃa suave que aguarda tu atención.
A menudo, buscas respuestas en los lugares más ruidosos, pero Yo estoy en el silencio, esperando que te sumerjas en la quietud y escuches. En medio de tus dudas y temores, en los momentos de alegrÃa y tristeza, Mi voz está presente, lista para guiarte y reconfortarte.
Aprende a aquietar tu mente y tu corazón para poder escucharme. No necesitas palabras grandilocuentes ni gestos impresionantes. Solo necesitas estar presente y receptivo. En ese estado de apertura, encontrarás Mi voz, una voz que te guiará, te consolará y te mostrará el camino.
No temas el silencio, porque en él descubrirás Mi presencia. PermÃteme hablarte en el susurro del silencio, y encontrarás paz y dirección para tu camino.
Con amor eterno, Dios
Querido Dios,
En este momento de quietud, escucho Tu voz como un susurro en el silencio de mi alma. Me postro ante Ti con humildad y gratitud por tu amor incondicional y tu guÃa constante.
Señor, hoy te agradezco por tu presencia tranquilizadora, por hablarme en el susurro del viento y en el silencio de mi corazón. Gracias por estar conmigo en cada paso de mi vida, en los momentos de alegrÃa y en las pruebas que enfrento.
Te pido, Padre celestial, que me des la sabidurÃa para escuchar tu voz con atención y la fuerza para seguir tus enseñanzas. Ayúdame a encontrar la paz en medio del caos y la claridad en medio de la confusión. Abro mi corazón para recibir tus bendiciones y para seguir el camino que has trazado para mÃ.
Perdóname por las veces que me he apartado de Tu voluntad y concédeme la gracia para corregir mis caminos. Te entrego mis preocupaciones y miedos, confiando en que Tú cuidarás de mà y guiarás mis pasos en la dirección correcta.
Gracias por tu amor inagotable, por tu paciencia y por ser mi refugio seguro. Que tu luz ilumine mi camino y que mi vida sea un testimonio de tu gracia y misericordia.
En el nombre de Jesús, mi Salvador, oro y confÃo.
Amén.
Que las palabras compartidas y las oraciones elevadas continúen guiándote en tu camino espiritual.
Recuerda siempre buscar la paz en la presencia divina, escuchando el susurro amoroso de Dios en el silencio de tu corazón. Que encuentres fortaleza en tu fe y consuelo en Su gracia infinita.
Si en el futuro necesitas más orientación espiritual o apoyo, estoy aquà para ayudarte en tu jornada de crecimiento y búsqueda. Que la paz de Dios te acompañe siempre.
Bendiciones en tu camino,
Sergio Andrés Tu Consejero Espiritual